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24/04/2014Los autónomos y las PYMES llevaban mucho tiempo pidiendo al gobierno cambios referentes al momento del pago del IVA y al cobro de las facturas posterior. Sin embargo, a pesar de que la aprobación del nuevo régimen de IVA de caja por parte del ejecutivo fue muy bien acogida, su éxito ha sido bastante limitado.
Hacienda indicó que 1,3 millones de autónomos y un millón de pymes podrían acogerse al nuevo régimen de IVA de caja. Así, los potenciales beneficiarios ascendían 2,3 millones. Sin embargo, únicamente 21.569 contribuyentes se han adherido a dicha medida. Equivalen al 0,9% del total y se distribuyen en 11.184 trabajadores por cuenta propia y 10.385 pequeñas y medianas empresas. El régimen de IVA de caja se incluyó en la Ley de Emprendedores, donde se estableció que las empresas con un volumen de facturación inferior a dos millones que quisieran aplicar el IVA de caja a partir de este año debían comunicarlo a Hacienda antes del 31 de diciembre. El bajo número de adhesiones tiene diversas causas: – Las empresas deben abonar el IVA de las facturas que emiten aunque no hayan cobrado, sin embargo, las compañías también pueden deducirse el IVA cuando actúan como clientes antes de haber abonado la factura. El nuevo régimen de IVA de caja modifica los dos aspectos. Es decir, una empresa no deberá pagar el IVA hasta cobrar la factura –esta es la parte positiva–, pero tampoco podrá deducirse el impuesto hasta que haya pagado.
– Las compañías deben analizar su estructura de ingresos y gastos para determinar si le beneficia el régimen de IVA de caja.
– Las empresas que facturan por encima de los dos millones no pueden adherirse al IVA de caja, sin embargo, pueden verse afectadas si su proveedor es una pyme acogida al nuevo régimen. Cuando ello sucede, la gran empresa no puede deducirse el IVA hasta que abone la factura, lo que genera un coste financiero para empresas acostumbradas a pedir la devolución del IVA antes de abonar su deuda comercial.
– El nuevo IVA de caja también genera gastos de gestión al obligar a actualizar el software de las empresas. Así, grandes compañías han «presionado» a sus pequeños proveedores para que no se acogieran al régimen de IVA de caja. El miedo a perder clientes podría explicar que muchas pymes hayan optado por mantenerse en el sistema tradicional.
– Por otra parte, las empresas acogidas al IVA de caja deben incluir dos nuevos epígrafes en los libros de registro de IVA para notificar la fecha de cobro o pago y el medio utilizado. Si bien no suponen obligaciones formales excesivas, todos los cambios generan cierto recelo en las compañías, que han optado por la prudencia. En cualquier caso, las pymes que quieran y cumplan los requisitos podrán aplicar el IVA de caja a partir de 2015.
Fuente: 5días.com]]>
El Ministerio de Hacienda resta importancia al bajo número de pymes apuntadas al IVA de caja y recuerda que otras medidas aprobadas ya han mejorado la liquidez de las empresas, como el plan de emprendedores.